Nutrición y Cáncer de Mama: El Poder del Aceite de Oliva

El cáncer de mama es una enfermedad que afecta a miles de mujeres en todo el mundo. Además de los tratamientos médicos, como la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia, la alimentación saludable juega un papel crucial en el proceso de recuperación y en la calidad de vida de las pacientes.

Nutrición y Cáncer de Mama: Una Relación Importante

La relación entre la nutrición y el cáncer de mama ha sido objeto de investigación durante años. Una alimentación saludable, con presencia de macronutrientes como las grasas saludables del aceite de oliva extra virgen, puede ayudar a las pacientes a mantener su fuerza, energía y bienestar general mientras enfrentan los desafíos del tratamiento. A continuación, te presentamos algunas pautas importantes que pueden ayudar a las pacientes a tomar decisiones dietéticas informadas durante esta etapa:

Mantén un Peso Saludable

Mantener un peso saludable es esencial durante el tratamiento del cáncer de mama. Según el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, el sobrepeso y la obesidad pueden aumentar el riesgo de recurrencia del cáncer de mama.

Consume una Variedad de Alimentos

Una dieta equilibrada es clave para proporcionar al cuerpo los nutrientes necesarios para mantenerse fuerte. El Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) destaca la importancia de consumir una variedad de alimentos, balanceando hidratos de carbono, proteínas y grasas. Es importante diferenciar las grasas saturadas de las saludables, como las que provee el aceite de oliva extra virgen. Deben evitarse las frituras, como también los alimentos ahumados y enlatados.

Mantén tu Hidratación

La hidratación adecuada es fundamental. El National Cancer Institute (NCI) sugiere que las pacientes deben beber suficientes líquidos, preferiblemente agua, para evitar la deshidratación, especialmente si experimentan náuseas u otros efectos secundarios del tratamiento.

Evita la Náusea

La Clínica UC Christus señala la importancia de evitar alimentos picantes, grasos y fritos que puedan aumentar la sensación de náusea. En cambio, opta por alimentos suaves y fáciles de digerir, como arroz, avena, manzanas y plátanos. Si la náusea persiste, consulta con tu médico tratante sobre posibles medicamentos antieméticos.

Mantén un Diario de Alimentación

Llevar un diario de alimentación puede ayudarte a realizar un seguimiento de lo que comes y cómo te sientes después de las comidas. Esto puede ser muy útil a la hora de identificar patrones y hacer los necesarios ajustes que tu dieta requiera.

Consulta con un Profesional de la Nutrición

Cada paciente es única, y las necesidades nutricionales pueden variar. El consejo de un profesional de la nutriología es un recurso invaluable durante el tratamiento del cáncer de mama. Un especialista puede trabajar contigo para desarrollar un plan de alimentación personalizado que se adapte a tus necesidades y preferencias.

Existen diversos recursos disponibles en línea para las pacientes que estén interesadas en tener mayor información. Las guías del GEICAM y el NHI son particularmente detalladas, si bien nada reemplaza la opinión experta y específica de tu médico tratante. Cada paciente es única y un profesional de la salud puede ayudar a adaptar estas recomendaciones individuales para hacer de ellas herramientas valiosas durante el proceso de tratamiento y recuperación.